sábado, 2 de marzo de 2013

Duelo a muerte en la Sala Gran del TNC

IMMA FERNÁNDEZ 
BARCELONA

Es un wéstern catalán con sus luchas por la tierra, el amor y la fe, y unos héroes que buscan y consiguen cambiar el mundo. Y con tiros, muchos tiros. Lo cuenta Jordi Casanovas, el autor y director de Una història catalana, que esta noche da el salto a la Sala Gran del TNC. Se estrenó en el 2011 en la Sala Tallers del teatro público y se convirtió en la gran revelación de la temporada, con algún premio en el camino. Ahora Casanovas, el mejor gatillo de la nueva dramaturgia catalana, desenfunda una versión renovada y con «más pólvora», avisa, para entrar por la puerta grande en el Nacional.
zoomLOS INMIGRANTES 3 Andrés Herrera (con pistola), soberbio Calanda.
LOS INMIGRANTES 3 Andrés Herrera (con pistola), soberbio Calanda. DAVID RUANO
zoomEL EMIGRANTE 3 Lluïsa Castell y Pep Cruz, guerrillero en Nicaragua.
EL EMIGRANTE 3 Lluïsa Castell y Pep Cruz, guerrillero en Nicaragua. DAVID RUANO
zoomLOS INMIGRANTES 3 Andrés Herrera (con pistola), soberbio Calanda.
LOS INMIGRANTES 3 Andrés Herrera (con pistola), soberbio Calanda. DAVID RUANO

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Información publicada en lapágina 54 de la sección deEspectáculos de la edición impresa del día 28 de febrero de 2013VER ARCHIVO (.PDF)
El montaje vuelve con un nuevo reparto -solo repiten Pep Cruz, Andrés Herrera y Borja Espinosa-, y un texto ampliado y «mejorado», afirma el creador de Vilanova. Tres horas de aventuras y épica con un cartel que completan Alícia Pérez, Lluïsa Castell, David Marcé, Vicky Luengo, Lurdes Barba, David Bagés y Mariona Ribas. «A los que la vieron y les gustó un poco, seguro que les gustará más», vaticina.
TRES HISTORIAS EN UNA / En la obra, que abarca dos décadas de historia (de la transición a la Barcelona posolímpica), se entretejen tres historias fronterizas con catalanes autóctonos, inmigrantes y emigrantes como protagonistas. Los hechos, que exploran el sentido de la identidad, transcurren paralelamente en El Pallars pirenaico, el barrio barcelonés de La Mina y Nicaragua, hasta su encuentro en un duelo final de «alta tensión» que sucede en tiempo real. Son tres espacios fronterizos, «ideológica y físicamente hablando», destaca el joven autor, que le sirven para plantear las dudas que originaron esta historia catalana: «Pasan los años y cada vez tengo menos claro qué es ser catalán».
Aparte del desenlace, la principal variante del texto es la inclusión de este tercer escenario en las Américas, adonde marchó un John Wayne revolucionario (Pep Cruz), metido a guerrillero. Mientras él batalla contra el dictador Somoza, en el Pallars una familia de raíces profundas se enfrenta, con las simuladas armas de la brujería, a sus vecinos. Estos han cedido a la especulación que pretende convertir sus tierras, la montaña en la que habitan, en un lujoso complejo de esquí. Pero las Farràs no están dispuestas a abandonar su hogar, por más oro que les tiente.
La tercera historia sigue las andanzas de Calanda (Herrera), un Pijoaparte de La Mina, que en su huida de la marginación salta de traficante de drogas a magnate inmobiliario. «Todos esos personajes son extraordinarios, capaces de transformar el mundo en el que viven», afirma Casanovas, que no ha pretendido estigmatizar el barrio más marginal de los 70. «Calanda arrastra un trauma: no ha sido aceptado como catalán y está convencido de que para que le acepten ha de comprar Catalunya. De manera literal».
Sergi Belbel, director del teatro público, ensalzó la propuesta de Casanovas, que presenta dos partes diferenciadas: «La primera es como un Bertolt Brecht del siglo XXI que conjuga la narración y la interpretación» para entretejer muy hábilmente las tres tramas. «La segunda posee la acción de Tarantino». Y entre ambas, una sorpresa escenográfica inédita que es mejor no revelar. Un duelo a muerte imperdible en la Sala Gran del TNC.
fuentes http://www.elperiodico.com/es/noticias/ocio-y-cultura/duelo-muerte-s

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